lunes, 20 de diciembre de 2010

EL AMOR NO ES UN SIMPLE TE QUIERO


                                                                                            
                                                                                                                                                       
                                                


El amor no es un simple te quiero, no es un simple te amo.


El amor eres tu misma@

Mi cielo es tu cuerpo, mi sueño, sueño con tu sonrisa, mi droga son tus besos, mi obsesión son tus caricias, mi camino tu felicidad y mi objetivo tu amor


Como una estrella que tiene su luz, así tu luz se refleja en mi corazón.


Mis ganas de vivir locura de mi corazón.

Como expresar este sentimiento, sencillamente lo mucho que significas para mi.

Ahora que no estas a mi lado quiero, que imagines que te miro a los ojos y dejo salir de mi boca en un suave susurro, ..TE AMO,
Amparo..
                                        





domingo, 19 de diciembre de 2010

NO AL MALTRATO DE LA MUJER

                                                                                
                                                                                   

ES HORA DE NADIE TIENE DERECHO A MALTRATAR A NADIE Y MENOS MATAR, HAY QUE TERMINAR CON ESTOS ASESINATOS DE MUJERES SON SETENTA LAS QUE VA Y EL AÑO NO HA TERMINAD. QUÉ ESTA PASANDO?


MUJER...


Cuando creé los cielos y la tierra les hablé de existir.

Cuando creé al hombre, lo formé y soplé vida en su ser. Pero a ti, mujer te formé después de haber soplado el aliento de vida al hombre porque tu interior es muy delicado.


Permití que un profundo sueño se apoderara de él para poder crearte paciente y perfectamente.


El hombre fue puesto a dormir para que no interfiriera con la creatividad.


Te formé de un hueso. Elegí el hueso que protege la vida del hombre.


Elegí la costilla, que protege su corazón e interior y lo yergue y apoya, como tú debes hacer.


Te formé a partir de este hueso.


Te moldeé. Te formé bella y perfectamente.


Tus características son como las de la costilla, fuerte pero delicada y frágil. Provees protección para el órgano más delicado del hombre, su corazón. Su corazón es el centro de su ser, su interior contiene el aliento de vida.


La caja formada por la costilla se quebrará antes de permitir que se dañe el corazón.


Sostén al hombre como la caja de costillas sostiene al cuerpo.


No vienes de sus pies, para estar por debajo de él; no fuiste tomada de su cabeza, para estar por encima de él.


Fuiste tomada de su costado, para estar a su lado y ser mantenida muy cerca de él.


Eres mi ángel perfecto.


Eres mi pequeña niña preciosa.


Has crecido para ser una espléndida mujer de excelencia, y mis ojos se llenan cuando veo las virtudes de tu corazón.

Tus ojos, no los cambies.


Tus labios, qué adorables cuando dicen una plegaria.


Tus manos, de tacto tan suave. He acariciado tu cara en tu sueño más profundo; he mantenido tu corazón cerca del mío.


Adán caminó conmigo en el frío del día y aun estaba solitario.


Él no pudo verme o tocarme, sólo pudo sentirme. Así que todo lo que quise que Adán compartiera y experimentara conmigo, lo puse en ti.


Mi bendición, mi fortaleza, mi pureza, mi amor, mi protección y apoyo.


Eres especial porque, como él, tú también eres una extensión de Mi.


El hombre representa mi imagen, la mujer mis emociones


Juntos ustedes representan la totalidad de Dios.


Así que, Hombre, trata bien a la mujer. Ámala, respétala, ella es frági al herirla me hieres a mi.


Lo que haces a ella me lo haces a Mi.


Al quebrarla a ella sólo dañas tu propio corazón, el corazón de tu Padre y el de su Padre... Mujer, apoya al hombre.


En humildad, muéstrale el poder de la emoción, que te he dado... En suave quietud muéstrale tu fortaleza.


En el amor, muéstrale que eres la costilla que protege su interior".


Amparo..
                                         





lunes, 29 de noviembre de 2010

EL TREN DE LA VIDA

    
                                                                             
Hace algún tiempo atrás, leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren.


Una lectura extremadamente interesante, cuando es bien interpretada.


La vida no es más que un viaje por tren: repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques, y profundas tristezas en otros.


Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas las cuales creemos que siempre ... estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres.


Lamentablemente la verdad es otra.


Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable.

No obstante esto no impide a que se suban otras personas que nos serán muy especiales.


Llegan nuestros hermanos/as, amigos/as y esos amores maravillosos.


De las personas que toman este tren, habrá también los/as que lo hagan como un simple paseo.


Otros/as que encontrarán solamente tristeza en el viaje ... y habrá otros/as que, circulando por el tren,estarán siempre listos/as en ayudar a quien lo necesite.


Muchos/as al bajar, dejan una añoranza permanente ... Otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon el asiento.


Es curioso constatar que algunos/as pasajeros/as quienes nos son más queridos/as, se acomodan en vagones
distintos al nuestro.

Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos/as.


Desde luego, no se nos impide que durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos/as ...


Pero lamentablemente ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el asiento.

No importa; el viaje se hace de este modo; lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas ... pero jamás regresos.


Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible.

Tratemos de relacionarnos bien con todos/as los/as pasajeros/as, buscando en cada uno/a lo que tengan de mejor
.
Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos/as podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos ...


Ya que nosotros/as también muchas veces titubearemos y habrá alguien que nos comprenda.


El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en que estación bajaremos, mucho menos dónde bajarán
nuestros/as compañeros/as, ni siquiera el/la que está sentado/a en el asiento de al lado.


Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia ... Creo que si.

Separarme de algunos/as amigos/as de los/as que hice en el viaje será doloroso.


Dejar que mis hijos/as sigan solos/as será muy triste


Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron.


Lo que me hará FELIZ, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valioso.


Amigos/as ... hagamos que nuestra estadía en este tren sea tranquila, que haya valido la pena.


Hagamos tanto para que cuando llegue el momento de desembarcar nuestro asiento vació deje añoranza
y lindos recuerdos a los/as que en el viaje permanezcan..


Amparo.
                                                





LOS INDIOS AMERICANOS

                                                                                  
                                                                                        
                                                                                         
                         LOS INDIOS DE ESTADOS UNIDOS


El devenir del pueblo indio y su correspondiente relación con los colonos norteamericanos en esta primera etapa de la historia de los Estados Unidos nos ofrece un balance negativo para los primeros, muchos de los cuales desaparecieron debido a las barbaridades cometidos por el hombre blanco y su gobierno. Este mismo gobierno fue el que difundió y alimentó con sus proclamas el estereotipo de los indios como “salvajes despiadados y sedientos de sangre1”, una lacra social de la que todavía no han escapado los indios americanos en los ambientes populares. No obstante, habría que decir que estos calificativos no eran del todo falsos, pues a la vehemencia con que los indios defendían SUS tierras y SUS familias, se unían unos componentes religiosos que no hacían sino acentuar esa imagen de salvajes, una imagen que no se destacó pero que sí existió también en la mayoría de las acciones bélicas llevadas a cabo por los americanos durante las guerras fronterizas del siglo XVIII.


Los enfrentamiento entre indios y americanos fueron continuos, por lo menos, hasta que estalló en suelo americano la Guerra de Independencia (1775-1781). Ante la inminente guerra entre colonos americanos e ingleses, ambas partes decidieron que el contingente indio permaneciese neutral, lo cual favorecería a los americanos. Sin embargo, a pesar de que los diferentes grupos de indios se unieron tanto a americanos como a ingleses, lo cierto es que estas alianzas no resultaron decisivas en el final de la contienda.


De la citada Guerra de Independencia los indios salieron muy mal parados, ya que los americanos iniciaron sus reclamaciones de soberanía sobre las tierras al considerar que su victoria sobre Inglaterra les proporcionaba tal potestad. Sin embargo, el Congreso tomó cartas en el asunto y elaboró la Ordenanza de 1787, según la cual debían respetarse las tierras y las propiedades de los indios. Esto, por supuesto, no se respetó, ya que “la presión de los colonos hambrientos de tierras2” puso en entredicho la política del Congreso de intentar mantener las líneas limítrofes entre los indios y la frontera. Sin embargo, nada de esto se respetó y la frontera india avanzaba cada vez más hacia el Oeste debido a la presión de los norteamericanos.


Debido a estas desavenencias , el recién creado Gobierno Federal asumió el mando total en las relaciones entre americanos e indios, despojando de esta prerrogativa a los distintos estados; así pues, el Gobierno inauguró una “política india” para la completa civilización de los salvajes.


Una consecuencia del enorme programa de civilización proyectado por el Gobierno de los Estados Unidos fue el surgimiento de dos figuras prominentes entre el pueblo indio: los hermanos Tecumseh y Tenskwatawa, de la tribu de los shawnee.


Ambos intentaron una alianza intertribal para hacer frente a los designios del gobierno estadounidense, y ya en 1811 habían logrado un gran número de adeptos; sin embargo, la alianza india fue derrotada en Tippecanoe y Thames (1813), en cuya batalla murió Tecumseh. Muchas otras derrotas sufrieron los indios a manos de los americanos, en número bastante mayor que el de las victorias.


En 1830 el presidente Andrew Jackson aprobó la Ley del Traslado Indio, por la cual la mayor parte de los indios fueron trasladados a lo que pasó a denominarse Territorio Indio, que abarcaría aproximadamente lo que en la actualidad es el estado de Oklahoma. Algunos pueblos indios sufrieron mucho con el traslado, como los creeks o los cherokees por el ya mítico Sendero de Lágrimas. Sin embargo, todo este proceso continuó, acelerándose cada vez más la marcha hacia el Oeste de los norteamericanos, con los consiguientes y repetidos desplazamientos de indios, incluso de los que estaban en la otra orilla del Mississippi. Como ejemplo baste decir que en la década de 1830 había tantos americanos al otro lado de dicho río que la zona tuvo que ser abandonada y pasar el Territorio Indio aún más al Oeste.


De esta década de los 30 cabe destacar un hecho importantísimo como fue el proceso Worcester versus Georgia, por el que la Corte Suprema tomó una decisión histórica al declarar que “las naciones indias son naciones semisoberanas y domésticas bajo la protección federal3”. Esta resolución se convirtió, a la postre, en la principal autoridad como precedente legal para las declaraciones de soberanía tribal de los pueblos indios norteamericanos a finales del siglo XX.


A partir de ahora y hasta el principio de la Guerra Civil Americana en 1861, los conflictos armados entre indios y americanos fueron numerosos, principalmente en Texas, Nuevo México, Florida, Suroeste California, Oregón, Washington, Utah, Nebraska, Territorio Indio, Kansas, Colorado y Nevada.


La citada Guerra Civil, que se prolongó hasta 1865, parece ser que menguó la atención de los americanos hacia el territorio del Oeste o indio, ya que estaban más concentrados en sus luchas en el Este. Sin embargo, durante la Guerra, los indios se aliaron, por lo general, con los Confederados del Sur, lo cual provocó que siguiesen existiendo los conflictos. Concluida la Guerra Civil se produjo una nueva ola migratoria blanca hacia el Oeste, lo cual originó más conflictos y, por consiguiente, que los indios se viesen confinados en sus cada vez más reducidas conservaciones.


Así pues, queda suficientemente claro que la historia del pueblo indio en América del Norte desde la llegada de los primeros colonos ingleses hasta la Guerra de Secesión Americana, es la historia de un pueblo oprimido, en constantes luchas contra unos desconocidos invasores que les hablan (cuando no les atacaban directamente) de propiedad, soberanía, civilización, etc.


Términos éstos completamente desconocidos para los indios, que se intentó fueran convencidos de la benevolencia de los planes y tratados de los colonos y de la prosperidad que experimentarían si les obedecían. Lógicamente, la actitud de estos indios respecto a sus nuevos “vecinos” fue de total sorpresa: no entendían por qué el hombre blanco había venido a desposeerles de unas tierras de las que ellos se beneficiaban desde tiempos remotos, posiblemente mucho antes de que cualquiera de esos blancos hubiese nacido. Asimismo tampoco comprendían el ansia expansionista de estas gentes, que llegaban incluso a masacrar a pueblos enteros de indios por el simple deseo de aumentar sus posesiones, de saciar su sed de tierras.


También habría que hacer mención a esa corriente difamatoria surgida en base al salvajismo y crueldad de los indios. Bien es cierto que las acciones armadas de estos pueblos fueron de una contundencia manifiesta y sanguinaria; sin embargo, estas acciones son perfectamente entendibles si son vistas como lo que eran, es decir, como acciones de respuesta al, por lo general, primer ataque americano, situadas además en un contexto de defensa del territorio ante el invasor. Si a todo esto añadimos la precariedad de los útiles bélicos de que disponían los indios (puñales, hachas, etc.), es lógico que sus acciones fuesen de un resultado más violento que el de, por ejemplo, el disparo de un arma de fuego.


Y si además, para más inri, sumamos a todo esto el componente religioso, que muchas veces exigía el cortarle la cabellera al enemigo abatido, nos darán como resultado unas acciones bélicas de extremada violencia, a la sazón caldo de cultivo de los norteamericanos para alimentar entre sus gentes la aversión hacia el pueblo indio y poder así continuar con esa constante política de usurpaciones y crímenes.




Como ocurriera un par de siglos antes en la parte sur del continente, la justificación o intento de demostrar la benevolencia de sus acciones, por parte del pueblo invasor, fueron totalmente erróneas desde el punto de vista moral y ético: la política de superioridad euroamericana sobre los salvajes indios exigía la completa civilización de éstos mediante tratados y acuerdos que les limitaban en su autodeterminación. De nuevo el contingente europeo se creía el centro del mundo, albergador del máximo conocimiento, poseedor de la mayor de las culturas y con el derecho a subyugar a millones de indios desconocedores de la gran cultura europea y merecedores de recibir tal privilegio que tan gratamente les ofrecían.




En resumen, los continuos abusos sufridos por el pueblo indio a manos de los norteamericanos, supuso para los primeros un vertiginoso descenso en su volumen demográfico, así como un gradual desplazamiento geográfico hacia las tierras del Oeste, más allá del Mississippi, sin olvidar el negativo influjo que supusieron estas acciones bélicas y opresivas sobre la rica cultura india..
Amparo
                                              





YO SOY

                                         
                                              

Yo soy, de piedra, el indio americano,que no mató España en la conquista.


Vengo de un cielo, cálido, sin dioses, de una llanura fértil, casi sin límites.


Soy el sangrante y hablador guaraní, la pura lágrima, limpida del maya,el surco abierto, con firmeza, por el inca,la tristeza, infinita, de lo que no muere.


Soy el árbol, la fruta, el oro, la pérfida esmeralda, plata descuartizada, sangriento cobre ametrallado.


Montañas y mujeres saqueadas en nombre de Dios.


Soy de América el verbo, la pluma diferente, indígena y galáctico, histórico y superfluo,
granítica presencia, hiel de los tiempos..
Amparo,
                                   

domingo, 28 de noviembre de 2010

LOS MILAGROS SON CREACIONES DE AMOR


                                                 
Los milagros son creaciones de amor, provienen del amor y los magnetizas con el amor

Cuando quieras hacer o recibir milagros y amor, todo lo que hace falta es tu auténtica intención de que así sea. crea las visiones más grandes y elevadas posibles.


Cada persona es un generador de energía afectiva, capaz de crear todo lo que desee.


Los milagros son el resultado de tu amor, si quieres abrir tu corazón, amarte a ti mismo y a los demás, la vida será siempre un milagro.


En la medida en que te abres y transmites amor, los milagros se cruzarán en tu camino.


Si hay algo que deseas, emplea tu mente para visualizarlo y luego abre tu corazón.

Cuanto más amor transmitas al mundo, más abundancia y milagros recibirán a cambio, para acelerar el proceso y crear milagros después de magnetizar algo, abre tu corazón.


Confía y ten fe en ti mismo, ama a los demás y demuestra tu amor en los actos cotidianos


Ama a la gente todo lo que puedas, sé amable y cariñoso, pronuncia palabras afectuosas, perdona a los que no supieron respetarte y piensa con amor en los demás, honrándoles en todo lo que haces.


No juzgues ni critiques en cambio, encuentra en cada momento una oportunidad para amar.


Tratando a los demás con amor y compasión, atraes hacia ti oportunidades, dinero, personas, milagros y aún más amor.


El amor te introduce en una órbita superior y atrae cosas buenas hacia ti.


Los milagros son sucesos inesperados, que te aportan mucho más de lo que pensabas.


Son acontecimientos cincronísticos que suelen producirse cuando olvidas tus apegos y confías en los consejos de tu interior.


No es inusual que se produzcan milagros en situaciones de crisis, porque éstas hacen aflorar en tu conciencia la parte más profunda de tu alma. Recorriéndote y concentrándote en tu interior, conectas aquella parte de ti que tiene las respuestas.


Cuando te adentras en ti mismo, buscas a tu alma y pides ayuda, las respuestas afloran y se producen los
milagros.


Tienes que aprender a sumergirte en tu ser sin necesidad de una crisis. Los milagros son el resultado de esta inmersión en tu alma.

Cada vez que aceptas el amor de los demás... cada vez que te abres para recibir amor del universo. pones en movimiento la creación de milagros en tu vida.


¿Existe en este momento algún milagro que desearías se produjera en tu vida? ¿estás abierto para recibirlo? Pide al universo, a tu alma, a tu Yo Superior, o a la Divinidad de cualquier forma como tú le llames, que este milagro se manifieste en el aquí y ahora en tu vida.


Así sea..
Amparo
                                 

sábado, 27 de noviembre de 2010

COMO DESEARIA



                                                                                                                                                            
                                                                                 

                                                         CÓMO DESEARÍA...



Cómo desearía que no pudieras olvidarme,

Aunque el olvido ponga un tiempo de olvido en la distancia.


Que siempre estuvieran mis labios en tu boca, que siempre estuviese en tu oído mi palabra, que no pudieses olvidarme, y mi recuerdo despertara contigo en la mañana, que notases mis manos en tu cuerpo, y sintieras mi aliento en tu garganta.


Cómo desearía que cada vez que sueñas junto a tu sueño quedara una lágrima flotando como sombra a la deriva, y dejando en tus labios una esperanza.


Que no pudieras olvidarme, por que he sido el que llenó con su andar la casa, el que poblaba tu noche de rumores, el que acercaba lumbre a tu mañana.


Cómo desearía que no pudieras olvidarme, aunque el olvido ponga un tiempo de olvido en la distancia...

AMPARO..
                                       

miércoles, 1 de septiembre de 2010

EN MEMORIA DEL DOCTOR HAMILTON NAKI.

                                            
                                             
Hamilton Naki, un sudafricano negro de 78 años, murió en mayo de 2.005.



La noticia no apareció en los periódicos, pero su historia es una de las más


extraordinarias del siglo XX. Naki era un gran cirujano.


Fue él quien retiró del cuerpo de la donante el que fue


trasplantado a Louis Washkanky en1.967, en Ciudad del Cabo, Sudáfrica en la primera operación de trasplante cardiaco humano con éxito.


Es un trabajo muy delicado. El donado tiene que ser retirado y preservado con el máximo cuidado.


Naki era el segundo hombre más importante del equipo que hizo el primer trasplante cardiaco de la historia.


Pero no podía aparecer porque era negro en el país del apartheid.


El cirujano jefe del grupo, el blanco Christian Barnard, se transformó en una celebridad instantánea.


Pero Hamilton no podía salir en las fotografías del equipo.


Cuando apareció en una, por descuido, el hospital informó que era un empleado del servicio de limpieza.


Naki usaba bata y mascarilla, pero jamás estudió medicina ni cirugía.


Había abandonado la escuela a los 14 años.


Era jardinero en la Escuela de Medicina de Ciudad del Cabo.

Comenzó limpiando las jaulas. Pero era curioso y aprendía deprisa.


Aprendió la técnica quirúrgica viendo a los médicos blancos que practicaban las técnicas de trasplantes en perros y cerdos.


Se transformó en un cirujano excepcional, hasta tal punto que el Dr. Barnard lo requirió para formar parte de su equipo.


Era un problema para las leyes sudafricanas.


Naki, negro, no podía operar pacientes ni tocar sangre de blancos.


Pero el hospital le consideraba tan valioso que hizo una excepción con él.


Se transformó en un cirujano... pero clandestino... Pero eso no le importó.


Él siguió estudiando y dando lo mejor de sí, pese a la discriminación.


Era el mejor. Daba clases a los estudiantes blancos, pero ganaba salario de técnico de laboratorio, el máximo que el hospital podía pagar a un negro.


Vivía en una barraca sin luz eléctrica ni agua corriente, en un gueto de la periferia, como correspondía a un negro.


Hamilton Naki enseñó cirugía durante 40 años y se retiró con una pensión de jardinero de 275 dólares por mes.


Cuando el apartheid terminó, le concedieron una condecoración y el título de médico honoris causa.


Nunca reclamó por las injusticias que sufrió a lo largo de toda su vida.


Pese a la clandestinidad y discriminación jamás dejó de dar lo mejor de si mismo:


SU PASIÓN POR AYUDAR A VIVIR.


Dr. Naki, por todo cuanto lograste para la humosidad por encima de tus propios intereses, ¡¡MUCHAS GRACIAS!!.........


Amparo
                                        

lunes, 30 de agosto de 2010

LA TRISTEZA

                                                 
                                           
Sentimos tristeza cuando nos agarramos o nos resistimos a las situaciones.

 Olvidamos que estas situaciones son externas a nosotros. Todo lo que necesitamos es soltar. Cuando lo consigamos, seremos felices, nos sentiremos en paz y volveremos a sonreír.

 ¡Cuántas veces hemos mirado atrás en relación con un problema ya vivido y ha sido entonces cuando nos hemos preguntado para qué tanto lío!



El arte de vivir de dentro hacia fuera no sólo nos permite soltar cuanto existe fuera de nosotros, sino que nos da la fuerza necesaria para evitar que nos atrape.


Cuando nos soltemos de las cosas externas a nosotros y lleguemos a ser libres, empezaremos a sentirnos en un estado de estabilidad, llenos con una felicidad que independientemente de lo que suceda, ya no la perderemos.


La felicidad tiene los poderes de la paz y del amor fusionados en sí misma.


Cuando hay paz y amor, sentimos que somos el rey.

 Nos respetamos a nosotros mismos y nos sentimos muy fuertes, no como alguien inestable y que fácilmente se entristece.


Necesitamos prestar atención a la calidad de pensamientos que permitimos que vengan a nuestra mente. Los pensamientos deben ser puros, elevados y determinados.

 Entonces experimentaremos paz en la mente.


Preguntémosle a nuestro corazón:

¿Tengo pensamientos puros y positivos hacia todo el mundo, incluyéndonos a nosotros mismos?

¿Prestamos atención a esto y le damos prioridad en nuestro paso por la vida?

Este tipo de sentimientos crean una energía que automáticamente fluye hacia el exterior y nos protege de las influencias negativas.

Amparo.